Las distintas generaciones de consolas no han mantenido grandes conflictos en general con los partidarios de las PC durante los últimos años. La esencia de nuestro hardware implica que no nos gusta estar atados a una sola máquina durante determinados períodos de tiempo y que somos nosotros quienes decidimos qué actualizar de nuestros equipos y cuándo hacerlo. Pero si la actual tarjeta gráfica alojada en nuestra PC ofrece menos potencia, y es más costosa, que la nueva Xbox Series X de Microsoft (y viene en un caja que de por sí es más grande que la misma Xbox), hasta nosotros sentimos la necesidad de aventurarnos un poco en el universo de las consolas.
A nuestro entender, la llegada en esta semana de la Serie X y de la PlayStation 5 sentará un precedente para el gaming de PC. En ciertos sentidos ambas otorgan más innovaciones que lo que hoy tenemos conectado a nuestros monitores. Su arquitectura de gráficos AMD RDNA 2 ray tracing-capable (capacidad de trazado de rayos), el ecosistema completamente basado en PCIe 4.0 y la tecnología de almacenamiento sobrealimentado están arribando a las PCs, por supuesto (y algunos lo hacen antes que otros), pero luego de haber pasado algunas semanas con la nueva consola de Microsoft, es innegable que se trata de una máquina impresionante por su precio y por su tamaño. La Serie X puede ser algo más densa que las consolas anteriores, pero para intentar alcanzar lo que ofrece la Xbox Series X, es decir el gaming a 4K y 60fps, se necesitaría de una PC más grande y también más robusta, y ciertamente es imposible encontrar en el mercado la misma potencia con un presupuesto similar. ¿Pero vale la pena usarla como una segunda máquina? Sí y no.
Desde el punto de vista del hardware, la Xbox Series X es una maravilla de la ingeniería. Cómo hemos podido comprobar -y vamos a demostrar más adelante- construir una PC que iguale su tamaño, potencia y precio es realmente muy complicado. Claro que esto es así con la mayoría de las consolas, pero la gran apuesta de Microsoft para ofrecer una experiencia gaming de 4k a 60fps, en esta oportunidad logró nivelar el terreno de juego como nunca antes había sucedido y permitió establecer algunos puntos claros de comparación. Las consolas por fin alcanzaron a las PC e incluso, esto lo susurramos, puede ser que las hayan superado en algunas áreas puntuales.
Por lo menos por ahora, se estima que recién para finales del 2021 las tarjetas gráficas Big Navi RDNA 2 de AMD podrían estar ampliamente establecidas en el terreno de las PC a la par de sus rivales de Nvidia RTX; Intell finalmente se unirá a AMD en la arena del PCIe 4 con el lanzamiento de sus CPUs Rocket Lake de 11ava Generación, y la tecnología DirectStorage de Microsoft podrá incorporar todas las lecciones aprendidas en la construcción de su ‘Xbox Velocity Architecture’, para otorgarnos los mismos tiempos veloces de carga a quienes que somos propietarios de las SSD desde hace mucho tiempo. Además, Ray tracing podrá consolidarse mejor en la medida en que pueda estar al alcance de un mayor número de desarrolladores y así podríamos aventurar fácilmente que, para finales del año 2022, las PC podrían superar nuevamente a su contraparte de las consolas en accesibilidad, una vez que los precios del hardware se calmen un poco (y las SSD PCIe 4.0, en particular, sean también más accesibles).
Sin embargo, en lo que refiere al aquí y ahora, es bastante difícil que una PC pueda alcanzar la elegancia de la Serie X. No estamos diciendo que debas cambiar tu PC por una Xbox (esto sería una locura), pero creemos que hay fundamentos sólidos para adoptarla como una segunda máquina – en especial si, al igual que nosotros, siempre soñaste con llevar la experiencia de las PCs, que amas y conoces, al confort del living de tu casa.
Mucho se ha dicho ya acerca de que la Serie X (y aún más la PS5) sería el terror de los racks para TVs en todo el mundo. Por fortuna nosotros contamos con espacios bastante amplios en nuestro soporte para la TV, y tuvimos lugar más que suficiente para la Serie X cuando la colocamos a un costado. Y debemos decir que esta aun es preferible en comparación con el enorme (e igualmente monolítico) gabinete de PC que tenemos ubicado inmediatamente al lado suyo, sin embargo somos conscientes de que mucha gente podría no tener la misma suerte en este aspecto (además, seguramente el gato lamentaría la pérdida de esa caja negra, grande y caliente sobre la que se recuesta, si la quitamos).
Aun así, con la Series X haciendo todo el esfuerzo para lograr una frecuencia de cuadro de 60 fps, qué es el objetivo de esta generación, los juegos que pudimos jugar en ella todavía se sintieron demasiado parecidos a los de una PC, incluso cuando estos últimos no lograron alcanzar esa resolución de salida nativa de 4K. Yakuza: Like A Dragon, por ejemplo, está configurado para ejecutarse por defecto a 1440p y 60fps, y posee una modalidad de ´alta resolución ́ que alcanza un máximo de 4K a 30fps. Pero tengamos en cuenta que Yakuza no es un juego que ofrezca una gran complejidad visual, sin embargo si nos situamos a unos 2 o 3 metros de la TV, las diferencias entre ambas resoluciones resultan bastante significativas. A esa distancia pudimos visualizar los finos detalles en la ropa de los personajes, y cada uno de los benditos poros de la taza de Namba. Antes de saber que Yakuza corría a 1440p, habríamos jurado que se estaba ejecutando con una resolución de 4K 60fps. Quizás nuestra TV simplemente tenía un buen escalador integrado, pero por lo menos así se veía a distancia.
Pero sin embargo la verdadera ruptura se da con Assassin’s Creed Valhalla, que se siente -en la actual Serie X- como un verdadero juego ´next-gen´. Este es un juego adecuado de 4K 60fps para la Serie X y luce realmente espectacular en nuestra TV – Y déjennos decirles que necesitarían mucho más que una tarjeta gráfica de $500 para obtener rendimientos de velocidades similares en una PC. Incluso una RTX 3070 sufriría bastante para entregar frecuencias de fotogramas similares. Tomando como base a la comparación inicial entre algunas capturas de pantalla, parecería ser que en la Serie X el Valhalla se ejecuta en escalón ubicado entre una Calidad Alta y una Muy Alta, o directamente en Muy Alta, según las imágenes de las laderas de este castillo, de aspecto exuberante.
La vegetación se ve algo más tupida en la Serie X de lo que se percibe en una configuración Alta para PC, en la que incluso la nueva Nvidia RTX 3070 solo llega a promediar 50fps. Pero si por el contrario saltamos a una configuración Muy Alta, veremos imágenes a un promedio de 47fps. Hay también un claro rasgamiento de pantalla en las ciudades densas y cubiertas de nieve en la Serie X, pero esto es algo que pasaremos por alto con gusto debido a la frecuencia de fotogramas, tan suave como la seda, que obtuvimos para el resto de los ambientes.
Una mirada de cerca a las laderas del castillo sugiere que la Xbox Series X (en el medio) está más cerca de una configuración de PC Muy Alta (a la derecha) que de una Alta Estándar (a la izquierda)
Watch Dogs Legion está bloqueado en la resolución de 4K 30fps y no dispone de una opción como Yakuza para seleccionar una frecuencia de cuadros más alta con una menor resolución. Pero nuevamente, obtener este tipo de velocidades (con ray tracing, ni más ni menos) a estos precios de mercado resulta bastante impresionante considerando el total de los elementos. Además, de acuerdo con nuestros propios testeos de tracing en Watch Dogs Legion para PC, incluso la RTX 3070 apenas puede entregar un promedio de 30fps con High Ray Tracing habilitado en configuración Medium a 4K, pero incluso en algunas ocasiones esta velocidad cae hasta una frecuencia injugable de 20fps. Sin embargo, en la Serie X hemos visto muy poca (o casi ninguna) merma en la frecuencia de fotogramas, y en general se siente mucho más robusta.
Sea Of Thieves y Gears Tactics son otros dos juegos deslumbrantes de 4K a 60fps para la Serie X, el primero aún nos entrega los efectos de agua más deslumbrantes de todos los juegos. Es cierto que no es tan complicado ejecutar estos juegos en una PC a 4K y 60fps -como sí sucede con Valhalla- porque ambos juegos ya tienen versiones de PC con una optimización-alta, que entregan una gran suavidad de movimientos a 4K, incluso con las tarjetas gráficas más antiguas. Pero a pesar de esto, todavía es algo transformador poder jugar a estas velocidades en el living de nuestra casa, en especial cuando la Xbox One X (que suponía ser versión de la Xbox One compatible con 4K) todavía está bloqueada a 30fps.
El control de la Xbox Series X es bastante parecido al control original de la Xbox One en cuanto a la forma y al tamaño, pero tiene un mejor agarre y botones más sensibles.
Pese a todo, el hardware y el rendimiento son solo una parte de la ecuación al momento de comprar una nueva consola de juegos. La otra parte, por supuesto, es la librería de juegos disponible, y una de las principales razones que teníamos en el pasado para adquirir una consola, era la posibilidad de acceder a juegos que no estaban disponibles de ninguna otra manera. Y es en este apartado donde la Serie X se transforma en una opción más complicada para el público de las PC, porque todos los juegos originales de la Xbox Series X / S de Microsoft ya están programados para llegar a las PC el mismo día de su lanzamiento y a un precio potencialmente muy bajo, gracias a la loca propuesta de valor que constituye Game Pass.
En lo personal, habiendo visto y jugado bastante al Assassin’s Creed Valhalla, este solo hecho habría sido suficiente para convencernos de comprar la Xbox Series X, porque el tipo de PC que deberíamos haber adquirido o construido para obtener niveles de rendimiento similares, derivaría en una comparación levemente obscena. Pero aún hay más, y es que gracias a que la impresionante lista de compatibilidad con versiones anteriores de Microsoft, la jugabilidad se extiende a todo el camino de las Xbox OG. Es decir que la Serie X también permite esa cosa, muy del universo de las PC, de poder jugar a tus juegos viejitos favoritos, mientras disfrutas de todos los beneficios del nuevo hardware.
Nuevamente, esto no generará mucho atractivo para los jugadores de PC que nunca utilizaron las librerías de Xbox anteriormente, pero Game Pass ciertamente permitirá rellenar algunos huecos importantes. El creciente listado de “Juegos optimizados para Serie X / S” disponibles en el Game Pass ciertamente captura algo de esa mágica nostalgia, por así decirlo, y ver correr a algunos juegos como No Man’s Sky a 4K 60fps es un verdadero placer, al igual que las encarnizadas carreras de Gears 5.
Sin embargo, este proceso de optimización todavía está en sus etapas iniciales, y parecería ser que va a pasar un tiempo antes de que despliegue su verdadero potencial. Tal como ya ha explicado Digital Foundry, cualquier juego que haya recibido una mejora con Xbox One X a lo largo de los años, por medio de un desbloqueo de la frecuencia de fotogramas, podrá sacar ventajas del hardware más veloz de la Serie X, para acelerar la frecuencia de FPS en comparación con las consolas más viejas. Pero sin modificaciones adicionales de Microsoft, sus resoluciones permanecerán limitadas a 1080p (aunque aquellas con resoluciones dinámicas por ahora mantienen cómodamente este límite superior).
En la otra vereda, algunos otros juegos no logran obtener grandes beneficios del hardware nuevo – o por lo menos no lo podrán hacer hasta que Microsoft haga su magia con ellos. La misma Microsoft se ha comprometido a extender su programa back-compact para la Serie X / S, pero la promesa de que todo esto suceda -en un momento no revelado del futuro cercano- no es tan seductora como la simple opción de ejecutar un viejo favorito en Steam y setear todas sus configuraciones al nivel máximo para obtener esa satisfacción de una mejora instantánea.
En definitiva, incluso aunque la retro-compatibilidad de la Xbox Series X todavía no alcanzó los niveles de una PC, no se puede negar que se trata de una de las consolas más similares a una PC que jamás haya existido. Valoramos positivamente las opciones múltiples de gráficos para los juegos, sobre todo en este momento en que contamos con una gama de televisores tan amplia para cubrir (no solo en cuestiones de resolución sino también velocidades de fotogramas cada vez más altas, tal como la que ofrecen nuestros amados monitores), y esperamos ver más de esto a futuro. Watch Dogs Legion a 4K y 30fps, por ejemplo, es realmente excelente y atractivo pero la opción de llevarlo hasta 1440p y 60fps, como sí se puede hacer con el Yakuza, también sería muy bienvenido. ¿Y por qué deberíamos detenernos únicamente en las configuraciones gráficas?, ¿Por qué no ir a fondo para lograr otras cosas como las que podemos hacer con las PCs mientras tanto? Porque tal como la simple existencia de la Serie S permite dejar en claro con su menor resolución de salida (sin mencionar la misma librería de retro compatibilidad), para esta generación todo se resume a la disponibilidad de opciones. Se trata de darle a la gente la libertad de elegir cuándo actualizar a la siguiente máquina, así como la posibilidad de seleccionar qué hardware coincide mejor para cada situación particular. Y eso a nuestro juicio se acerca mucho al universo de las PC.
Como mencionamos antes, no estamos sugiriendo que deberíamos descartar a nuestras PC para empezar a jugar a los juegos en una Serie X o S, nada más alejado de la realidad. Para mucha gente, invertir casi la misma cantidad de dinero en una tarjeta gráfica como la RTX 3070, o como la AMD RX 6800 -próxima a hacer su arribo-, podría sin dudas darle a sus PCs una potencia bastante similar al momento de hablar de rendimientos gráficos, pero además les permitiría hacer todas esas cosas innatas que pueden hacer con la PC en sus juegos, como la opción de jugar con mods, usar distintos sistemas operativos y una gran variedad de escaparates.
Sin embargo, si tu PC necesita una mejora en el corto plazo -y tus ojos lagrimean de solo pensar en cuánto te va a costar hacerlo-, la Serie X podría ser una potente máquina provisoria para cubrirte por algunos años hasta que los precios del hardware para PCs se calmen un poco, en especial si ya estás suscripto a Game Pass. El hardware interno de la Serie X efectivamente permite encapsular todos los avances que se fueron dando lentamente en las PC durante los últimos años, y es también un claro anticipo del hardware del mañana. Porque provee un sistema basado en PCIe 4.0 completamente desarrollado con soporte para ray tracing, unos tiempos de carga más veloces y un fantástico rendimiento 4K a 60fps, y sin que todo esto te cueste un ojo de la cara. En el mismo sentido, si siempre quisiste llevar la experiencia de las PC al living de tu casa, la Serie X también entrega un potente argumento para hacerlo, aunque tan solo sea desde la óptica del precio y el tamaño. Por otro lado, casi omitimos mencionar cuan silenciosa resulta ser también la Serie X, desearíamos que todas las PC fueran así de pequeñas y silenciosas.
¿Desmantelaríamos la PC en el living de nuestro hogar para migrar por completo a la Serie X en este momento? Probablemente la respuesta sea que no, pero la gran combinación entre el Assassin’s Creed Valhalla y la extensa librería de Game Pass logró hacer que la encendiéramos cada vez menos durante las últimas semanas. La PC de trabajo será nuestra máquina principal a la hora de jugar, pero como una opción para trasladar la experiencia de las PCs a otras partes de la casa, la Xbox Series X es probablemente la mejor y ciertamente la más económica forma de hacerlo en este momento.
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